Cuando las empresas se equivocan

Posted on 14 diciembre, 2010

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//La falta de competitivad de la empresa española no es responsabilidad de los trabajadores sino de la falta de visión de las propias compañías

Cuando las empresas se equivocan pueden pasar muchas cosas. Por ejemplo, cuando una empresa se equivoca baja sueldos. Cuando una empresa se equivoca reduce plantilla y pierde cuota de mercado. Cuando una empresa se equivoca corre el riesgo de desaparecer haciendo daño a sus empleados, a sus empresarios o accionistas y, en general, a la economía del país donde opera.

¿Y por qué se equivoca una empresa? Pues una empresa se puede equivocar con muchas decisiones ‘estratégicas’, pero algunas de las más arriesgadas están en la aplicación de tecnología. Entrar demasiado pronto en una tecnología emergente conlleva riesgos en un mercado competitivo; pero el riesgo, la posibilidad de canibalización de la inversión y de la compañía son incluso mayores cuando ésta decide incorporar una tecnología demasiado tarde y cuando otras vienen a suplantarla o son más competitivas.

Y es que no se puede luchar contra la tecnología. El empleo que por una cuestión tecnológica sobra, debe ser amortizado (sí, despedidos) y es imposible luchar contra el desarrollo tecnologico, porque éste tiene como objetivo facilitar y mejorar la eficiencia de los trabajadores y de la empresa. Si por el uso de una nueva herramienta o sistema hay una rama de un sector donde sobra personal, uno puede lamentarse por estas familias, pero la realidad es que, casi con total seguridad, deben cambiar de profesión.

VIVIR DE FRENTE A LA TECNOLOGÍA

No hay que vivir de espaldas a la tecnología, pero no basta con eso. Hay que vivir de frente a ella y estar constantemente en la vanguardia de ella en todo lo relacionado con tu sector. El caso de los medios de comunicación es evidente y ya lo dije en la conferencia de #AerCanarias, el pasado mes de septiembre: Hemos dimitido de nuestra responsabilidad de explotar e innovar con las tecnologías de la información y han sido los usuarios los que nos han enseñado el camino en la aplicación del concepto de movilidad a la distribución de la información. Somos los medios los que tenemos que abrir camino y, a estas alturas, cuanto menos aprovechar las grandes ventajas de transmitir información con rapidez que nos brinda la tecnología, tales como teléfonos móviles con conexión permanente a Internet con todo lo que ello conlleva (y sin entrar profundamente en las posibilidades, casi infinitas).

COMPETITIVIDAD: RESPONSABILIDAD DIRECTA DE LA EMPRESA

Pero el caso de los medios es sólo un ejemplo. Cada empresa tiene que estar a la vanguardia en el uso tecnológico de su sector. Cada empresa debería tener un departamento (ajustado a su dimensión y puede ser incluso una única persona) dedicado al I+D+i o al menos a las segunda y tercera letras (el desarrollo de nuevas líneas de negocio en aplicación de nuevas tecnologías y la innovación en su sentido más amplio).

Ese y no otro es el punto clave de la falta de competitividad de la empresa española y no se trata como asegura el presidente del Consejo Superior de las Cámaras de Comercio, Javier Gómez-Navarro, de «trabajar más y mejor». De esa ecuación sobra el más en un mundo empresarial como el español donde mayoritariamente se valora el rendimiento de un trabaador en ratio directo con el número de horas que su culo se pasa pegado a la silla de la oficina. Cuando cambiemos la mentalidad empresarial y las empresas estimulen y encaucen la creatividad de su gente en vez de desmotivarlos, entonces seremos la economía más competitiva del mundo.